No sé, a veces sinceramente creo que vamos para atrás en todos los
sentidos. Bueno, no se trata de una duda… por desgracia estamos ante una
realidad irrefutable. Económicamente hablando, los que antes disfrutaban de dos
coches, piso, chalet, un Iphon y un Mac, ahora se las ven putas para llegar a
fin de mes con la nevera llena y la luz pagada. En lo político, ya se sabe: corrupción,
mafia y cinismo por todas partes. Nos chulean de una manera muy sucia y
nosotros apenas podemos hacer algo más que salir a la calle a pegar cuatro
gritos. Por otro lado, el estado de bienestar va diluyéndose entre recortes,
austeridad e injusticias varias. En el ámbito laboral, lo que tanto esfuerzo
supuso para nuestros mayores, ahora se lo cargan de un soplido. Y donde antes
ser un mileurista era considerado un deshonor, ahora dicho calificativo supone
una aspiración para much@s.
Ante tal panorama, las mujeres
no íbamos a ser menos. Aparte de que esta crisis nos está afectando en número
(mayor tasa de desempleo que los hombres) y que continúa existiendo (y
aumentando) esa brecha salarial entre ambos géneros, nuestros derechos también
comienzan a verse mermados y las intenciones de algunos partidos están más que
próximos a una discriminación absoluta. La cuestión del aborto, entre otras,
nos deja relegadas a una posición de espectadoras, mientras que son otr@s lo
que quieren decidir por nosotras y decirnos qué tenemos que hacer. Eso viene siendo
un insulto en toda regla y nos incapacita en nuestras decisiones más
personales.
Por otro lado tenemos la polémica servida con la reproducción asistida
de solteras y lesbianas. Considerando esta intención como una postura
claramente ideológica, me parece una discriminación absoluta hacia la mujer.
Ahora, si perteneces a dicha condición, no te va a quedar más remedio que
dejarte los cuartos por lo privado, ya que se considera que la falta de varón
no es un problema médico. La frasecita se las trae.
Aquí no estamos hablando de un problema médico como pueda referirse la
ministra, obviamente. Aquí hablamos de un derecho a la sanidad pública gratuita
para tod@s sin importar la condición sexual o el estado civil de la demandante.
Pero al parecer, para la señora Mato y
compañía, todo es mucho más sencillo: si quieres procrear búscate una buena
pilila que haga los honores y déjate de
perversiones como el lesbianismo o de rarezas como estar soltera. Una vez más,
la cuestión en sí, nos empuja a necesitar un varón para nuestras realizaciones
más íntimas. Y si no tienes varón (o sencillamente, no quieres) pues sacas
dinero de la hucha y te lo pagas. Curiosa estrategia de exclusión.
Pero la gota que colma el vaso llegó con algo tan sustancial como es la violencia de género: Sanidad planea contar en la estadística de malos tratos solo
a las mujeres hospitalizadas más de 24 horas.
Yo, cuando leí la noticia, me pareció una broma macabra. Viene a decir que el hecho de que te den una
bofetada, unos empujones, incluso una pequeña paliza de la cual no se requiera
un ingreso hospitalario, no te sale a cuenta. Vamos, que ahora vamos a tener
que necesitar unas tundas más contundentes para que seamos consideradas como
víctimas del maltrato.
Me parece escalofriante que se tenga tal intención, y más viendo cómo
está el patio últimamente con la violencia de género. Un tema tan sensible no
debería ser tratado como una nimiedad desde nuestros gobiernos, que le restan
importancia a una violencia menor. Porque
del maltrato psicológico ni hablemos: ya no existiría como tal. O más bien, ya
no contarías como una maltratada… serías una sombra, una víctima invisible a
los ojos de la sociedad. Que se lo digan a la señora de Bretón, el cual jamás
le puso una mano encima. Pues bien, con esta nueva “estadística”, Ruth no
contaría una víctima del maltrato, sino una pobre desgraciada a la que le han
arrebatado lo que más quería, independientemente de que el autor de tal atrocidad haya sido su exmarido.
El maltratador no sólo castiga
pegando. Hay formas de maltrato terribles y no tan evidentes. Pero ya no es
sólo eso: una rotura de costillas, un brazo escayolado o un estirón de pelos,
no derivan en un ingreso hospitalario. Y si estos tres ejemplos no son
maltrato, que baje Dios y lo vea. Y todo esto ¿por qué?:
Según El Mundo, algunos
colaboradores de la ministra, Ana Mato, habrían alertado sobre el riesgo de que
contabilizar a todas las mujeres lesionadas podría "disparar" las
estadísticas de violencia de género bajo un Gobierno del PP en comparación con
las del socialista, que nunca incluyó en sus cuentas a las supervivientes,
independientemente de la gravedad de sus lesiones.
No me puedo creer que se juegue con algo tan serio como la integridad
física de las personas sólo para blanquear datos y estadísticas. Me parece
monstruoso. Con esto van a dar una imagen muy diferente a la real, muchas
víctimas van a dejar de ser consideradas como tal sólo por que el gobierno quiere
salir bien en la foto.
Muy bien, campeona.
El Observatorio para la
Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial
refleja que en el primer trimestre de 2013 3.321 mujeres presentaron un parte
de lesiones cuando denunciaron la agresión, lo que supone más de mil cada mes.
Pero las mujeres que denuncian con parte de lesiones son una
minoría. Según 20 Minutos, de las 128.500 denuncias de 2012
solo un 11% aportaron parte de lesiones.
Noticias así me entristecen y me asquean al mismo tiempo. Me siento
parte de una sociedad cada vez más privada de derechos y libertades que nos
fueron otorgadas en su momento gracias a la lucha de much@s. Que destruyan todo
esto por intereses propios, me parece aberrante.
La única nota que me ha sacado una sonrisa de todo esto tiene que ver
con un tweet que hice al respecto. Es este:
La cosa acabó con un total de 427 retwitts en pocos días (y subiendo).
Yo no soy una gran entendida de esta red
social ni creo que sea una cifra desbordada, pero me hizo ilusión contar con el
apoyo de hombres y mujeres concienciadas contra dicha injusticia. Amén de los
mensajes privados que recibí y de la difusión por Facebook y otros medios. Me
honra que este sea mi tweet más leído y compartido.
Desde aquí, gracias a todos y todas por hacer extensible nuestra
crispación y nuestra rabia ante noticias así. No podemos dejar que nos pisoteen, nos rebajen
o sencillamente, nos oculten con tal impunidad. Nuestros mandatarios son muy
dados a esconder la “basura” bajo el felpudo: datos que ensucian, que manchan
su imagen, que impiden una buena cara frente a otros líderes mundiales, siendo
ellos la mayor mierda que existe. De modo que el no callarse y el circular la
información de una forma viral, sigue siendo una posible arma con la que
defendernos. Y quizá la única hoy por hoy.
Por eso me repito una vez más.: GRACIAS por compartirlo.