lunes, 29 de julio de 2013

Nos quieren invisibles.



No sé, a veces sinceramente creo que vamos para atrás en todos los sentidos. Bueno, no se trata de una duda… por desgracia estamos ante una realidad irrefutable. Económicamente hablando, los que antes disfrutaban de dos coches, piso, chalet, un Iphon y un Mac, ahora se las ven putas para llegar a fin de mes con la nevera llena y la luz pagada. En lo político, ya se sabe: corrupción, mafia y cinismo por todas partes. Nos chulean de una manera muy sucia y nosotros apenas podemos hacer algo más que salir a la calle a pegar cuatro gritos. Por otro lado, el estado de bienestar va diluyéndose entre recortes, austeridad e injusticias varias. En el ámbito laboral, lo que tanto esfuerzo supuso para nuestros mayores, ahora se lo cargan de un soplido. Y donde antes ser un mileurista era considerado un deshonor, ahora dicho calificativo supone una aspiración para much@s. 



Ante tal panorama, las  mujeres no íbamos a ser menos. Aparte de que esta crisis nos está afectando en número (mayor tasa de desempleo que los hombres) y que continúa existiendo (y aumentando) esa brecha salarial entre ambos géneros, nuestros derechos también comienzan a verse mermados y las intenciones de algunos partidos están más que próximos a una discriminación absoluta. La cuestión del aborto, entre otras, nos deja relegadas a una posición de espectadoras, mientras que son otr@s lo que quieren decidir por nosotras y decirnos qué tenemos que hacer. Eso viene siendo un insulto en toda regla y nos incapacita en nuestras decisiones más personales.
Por otro lado tenemos la polémica servida con la reproducción asistida de solteras y lesbianas. Considerando esta intención como una postura claramente ideológica, me parece una discriminación absoluta hacia la mujer. Ahora, si perteneces a dicha condición, no te va a quedar más remedio que dejarte los cuartos por lo privado, ya que se considera que la falta de varón no es un problema médico. La frasecita se las trae. 



Aquí no estamos hablando de un problema médico como pueda referirse la ministra, obviamente. Aquí hablamos de un derecho a la sanidad pública gratuita para tod@s sin importar la condición sexual o el estado civil de la demandante. Pero al parecer, para la señora Mato  y compañía, todo es mucho más sencillo: si quieres procrear búscate una buena pilila que haga los  honores y déjate de perversiones como el lesbianismo o de rarezas como estar soltera. Una vez más, la cuestión en sí, nos empuja a necesitar un varón para nuestras realizaciones más íntimas. Y si no tienes varón (o sencillamente, no quieres) pues sacas dinero de la hucha y te lo pagas. Curiosa estrategia de exclusión.

Pero la gota que colma el vaso llegó con algo tan sustancial como es la violencia de género: Sanidad planea contar en la estadística de malos tratos solo a las mujeres hospitalizadas más de 24 horas. 


Yo, cuando leí la noticia, me pareció una broma macabra.  Viene a decir que el hecho de que te den una bofetada, unos empujones, incluso una pequeña paliza de la cual no se requiera un ingreso hospitalario, no te sale a cuenta. Vamos, que ahora vamos a tener que necesitar unas tundas más contundentes para que seamos consideradas como víctimas del maltrato. 

Me parece escalofriante que se tenga tal intención, y más viendo cómo está el patio últimamente con la violencia de género. Un tema tan sensible no debería ser tratado como una nimiedad desde nuestros gobiernos, que le restan importancia a una violencia menor. Porque del maltrato psicológico ni hablemos: ya no existiría como tal. O más bien, ya no contarías como una maltratada… serías una sombra, una víctima invisible a los ojos de la sociedad. Que se lo digan a la señora de Bretón, el cual jamás le puso una mano encima. Pues bien, con esta nueva “estadística”, Ruth no contaría una víctima del maltrato, sino una pobre desgraciada a la que le han arrebatado lo que más quería, independientemente de que  el autor de tal atrocidad haya sido su exmarido. 

El maltratador no sólo castiga pegando. Hay formas de maltrato terribles y no tan evidentes. Pero ya no es sólo eso: una rotura de costillas, un brazo escayolado o un estirón de pelos, no derivan en un ingreso hospitalario. Y si estos tres ejemplos no son maltrato, que baje Dios y lo vea. Y todo esto ¿por qué?:

Según El Mundo, algunos colaboradores de la ministra, Ana Mato, habrían alertado sobre el riesgo de que contabilizar a todas las mujeres lesionadas podría "disparar" las estadísticas de violencia de género bajo un Gobierno del PP en comparación con las del socialista, que nunca incluyó en sus cuentas a las supervivientes, independientemente de la gravedad de sus lesiones.

No me puedo creer que se juegue con algo tan serio como la integridad física de las personas sólo para blanquear datos y estadísticas. Me parece monstruoso. Con esto van a dar una imagen muy diferente a la real, muchas víctimas van a dejar de ser consideradas como tal sólo por que el gobierno quiere salir bien en la foto. 

Muy bien, campeona.


El Observatorio para la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial refleja que en el primer trimestre de 2013 3.321 mujeres presentaron un parte de lesiones cuando denunciaron la agresión, lo que supone más de mil cada mes.
Pero las mujeres que denuncian con parte de lesiones son una minoría. Según 20 Minutos, de las 128.500 denuncias de 2012 solo un 11% aportaron parte de lesiones.

Noticias así me entristecen y me asquean al mismo tiempo. Me siento parte de una sociedad cada vez más privada de derechos y libertades que nos fueron otorgadas en su momento gracias a la lucha de much@s. Que destruyan todo esto por intereses propios, me parece aberrante.

La única nota que me ha sacado una sonrisa de todo esto tiene que ver con un tweet que hice al respecto. Es este:



La cosa acabó con un total de 427 retwitts en pocos días (y subiendo). Yo no soy una gran entendida de  esta red social ni creo que sea una cifra desbordada, pero me hizo ilusión contar con el apoyo de hombres y mujeres concienciadas contra dicha injusticia. Amén de los mensajes privados que recibí y de la difusión por Facebook y otros medios. Me honra que este sea mi tweet más leído y compartido.

Desde aquí, gracias a todos y todas por hacer extensible nuestra crispación y nuestra rabia ante noticias así.  No podemos dejar que nos pisoteen, nos rebajen o sencillamente, nos oculten con tal impunidad. Nuestros mandatarios son muy dados a esconder la “basura” bajo el felpudo: datos que ensucian, que manchan su imagen, que impiden una buena cara frente a otros líderes mundiales, siendo ellos la mayor mierda que existe. De modo que el no callarse y el circular la información de una forma viral, sigue siendo una posible arma con la que defendernos. Y quizá la única hoy por hoy.

Por eso me repito una vez más.: GRACIAS por compartirlo. 




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